martes, 8 de octubre de 2024

Segunda vida

En mi trabajo me encargo de una tarea original. La compra de torsos. Torsos humanos. La compra no es caprichosa. Todo parte de la rotura de stock en nuestro catálogo de cuerpos donados. Los utilizamos para la formación de sanitarios de especialidades quirúrgicas. La donación del cuerpo no es lo mismo que la donación de órganos. De hecho, ambas son incompatibles como he podido leer. “No se podrá aceptar la donación en las siguientes circunstancias… si en caso de ser también donante de órganos, se han retirado diferentes órganos para su trasplante”. Los cuerpos donados se destinan a la investigación y la docencia, mientras que los órganos se donan para tener una segunda vida en un nuevo recipiente.

El proceso es complicado porque hay muchas partes implicadas. La primera es la compañía proveedora de los especímenes. Es así como les llamamos en los correos para evitar palabras más duras como cadáver o muerto. Con ellos tenemos el primer contacto y detallamos en la solicitud los requisitos del finado que buscamos: sexo, IMC, cirugías tolerables y excluyentes. Cuando tienen al candidato, nos envían sus detalles clínicos relevantes y nosotros, con la supervisión de quien dirige el curso donde se usará, aprobamos o rechazamos su propuesta. En el primer caso, seguimos adelante con el proceso.

Llamamos a la puerta del Ministerio de Sanidad para solicitar la autorización de la importación de la mercancía. Les remitimos los detalles que la empresa nos ha dado. La naturaleza del material hace que se ponga especial énfasis en la trazabilidad de todos los pasos.

Cuando aprueban la entrada del espécimen, compartimos la autorización con el proveedor y con la compañía de transportes que se encarga del envío. Es una transitaria que se ocupa de la logística de traer a nuestras instalaciones un material muy sensible desde miles de kilómetros de distancia.

El proceso suele durar dos meses desde el primer contacto hasta que el congelado llega a las instalaciones donde guardamos los modelos.

Me resultaría más sencillo salir a cazar por la noche los especímenes adecuados para las cirugías que practicamos en los cursos. Las consecuencias legales podrían ser peores pero los quebraderos de cabeza dudo que rivalizasen con los de comprar cadáveres al extranjero.

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